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BUENOS AIRES, Argentina, 2/10/2007 – Si las tecnologías de la información han alterado a niveles no siempre admitidos la vida cotidiana de las personas, esta afirmación parece ser aún más cierta en el caso de ciertos grupos con diferentes tipos de discapacidades. Para Pablo Lecuona, joven no vidente que culmina la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y principal impulsor del proyecto Tiflolibros (www.tiflolibros.com.ar, la primera biblioteca digital para ciegos de habla hispana), “internet y las computadoras en general abrieron para las personas con discapacidades visuales un mundo formidable de relaciones y posibilidades”. APC Noticias dialogó con él sobre ese insospechado campo y sobre la actualidad y perspectivas de Tiflolibros, una iniciativa que gracias al tesón y al entusiasmo de Pablo y de un puñado más de personas ha alcanzado importantes reconocimientos, y que acaba de obtener un resonante éxito con la sanción de una ley que habilita el libre uso de textos en formato digital para ciegos.

APCNoticias: ¿En qué consiste esencialmente Tiflolibros y cuáles son sus alcances actuales?

El proyecto Tiflolibros se crea a partir de la necesidad de un grupo de usuarios y usuarias. A fines de los años 90 algunos de nosotros empezamos a participar de listas de correo de personas no videntes. La mayoría eran de España, había pocos latinoamericanos. A ese canal, que permitía comunicarnos, se sumó el escáner, que hizo posible la digitalización y circulación de textos. Ese es el origen de Tiflolibros. Allí comenzamos a pensar en hacer de cero, y con pocos conocimientos, una biblioteca de libros para ciegos. Tuvimos que ir aprendiendo sobre la marcha, en especial cuestiones relativas al marco legal de la distribución de los libros escaneados. El tema de los derechos de autor de los libros para no videntes no estaba contemplado en general ni siquiera para los textos en braille. Hoy la biblioteca cuenta con 22 mil textos digitalizados que son utilizados por una comunidad de 3 mil personas hispanoparlantes asociadas como miembros al proyecto. Y si bien es aún una cifra menor dentro del universo de personas con discapacidades visuales, Tiflolibros ha contribuido a abrir nuevas modalidades de trabajo y recreación para mucha gente.

APCNoticias: ¿Cómo fue expandiéndose el proyecto?

En principio comenzamos a investigar las condiciones legales para establecer el acopio de los libros en la biblioteca. El proyecto no surgió de ninguna institución ni plan previo, sino que la misma lista de correo inicial fue el vehículo a través del cual se discutió y se fueron consensuando las líneas directrices de lo que hoy es Tiflolibros. Así, tomando indicaciones de leyes en libros para ciegos de algunos países, fuimos cuidadosos en dejar sentado que los textos sólo serían utilizados por personas con discapacidades. Al mismo tiempo, Tiflolibros se construyó bajo otras dos premisas: el acceso gratuito y la distribución sin fines de lucro de los libros.

Sobre esas bases comenzamos, al principio artesanalmente, a establecer una serie de contactos con autores, editoriales y otros varios órganos de producción de textos, con el fin de que nos permitieran y apoyaran en la tarea de digitalización de los libros. Y debo decir que encontramos casi inmediatamente buena recepción.

Así fuimos avanzando tanto en la red de contactos y apoyos, como en el soporte tecnológico del proyecto y en su organización interna y administrativa (búsqueda de recursos, personería jurídica, etc.). En ese camino nos resultó muy importante el premio “Betinho” que nos otorgó APC en el 2003, porque nos dio reconocimiento y visibilidad.

APCNoticias: Tiflolibros acaba de conseguir un importante logro legal en Argentina al haberse sancionado recientemente, gracias a su iniciativa y la colaboración del senador Rodolfo Terragno, una ley que contempla la circulación libre de derechos de autor de los libros para ciegos. ¿A qué alternativas tuvieron que enfrentarse en el terreno legal en el desarrollo del proyecto?

Hasta ahora había una suerte de vacío legal en la cuestión de la propiedad intelectual en la circulación de libros para ciegos. Nosotros trabajábamos con el aval de editoriales y autores, que muchas veces incluso nos pasan los textos digitalizados antes de que vayan a la impresión y el papel (eso ahorra el trabajo de transcripción). Y es interesante, porque nosotros aquí conseguimos en materia de cesión de derechos más que lo que muchas veces se obtiene en Europa o Estados Unidos. Ocurre que allí sí hay políticas y recursos para que los libros lleguen a los ciegos en todos los formatos, por lo que las editoriales tienen menos sensibilidad hacia la cuestión. Aquí en cambio sacamos una suerte de provecho paradójico de ese atraso en las políticas públicas para no videntes. Y así desarrollamos convenios con grandes editoriales como Kapelusz, Alfaguara y Sudamericana aún antes de la ley. Pero en fin, más allá de todo esto veíamos la necesidad de un marco legal más sólido. De allí que empezamos a intentar tejer contactos con algunos políticos. Y aunque tuvimos diversas experiencias, fue a partir de la intermediación de Terragno que se abrió el camino a la sanción de la ley.

APCNoticias: En la actualidad en el mundo se libran verdaderas batallas en torno a la propiedad intelectual. ¿Cómo lograron que se sancione una ley que atenta contra sus propias bases?

A decir verdad, por suerte no nos encontramos con muchas resistencias en el camino a la ley. La buena disposición de los autores y editores tuvo mucho que ver con eso. Sí había en cambio desconocimiento y dudas de los legisladores acerca de los modos en que los ciegos podemos servirnos de los nuevos soportes tecnológicos para leer autónomamente. Por eso, una de las actividades que organizamos con Terragno, y que finalmente resultó crucial, fue una demostración en el Congreso acerca de cómo funciona el método que empleamos en Tiflolibros. También las nuevas tecnologías fueron importantes en la circulación y debate entre un conjunto de instituciones que apoyaron la ley, que fue finalmente auspiciada por una red de grupos e iniciativas y no solamente por Tiflolibros. Todos esos elementos nos condujeron a armar un soporte institucional, legal y político amplio y consistente que dio un marco propicio para la sanción de la ley.

APCNoticias: Más allá de Tiflolibros como biblioteca virtual para ciegos, ¿qué otros recursos o experiencias de socialización y creación colectiva han sido posibles para los no videntes gracias a las nuevas tecnologías?

Por un lado, estamos trabajando actualmente en Tiflonexos, un proyecto institucional más amplio que busca desarrollar otros proyectos ligados a tecnología y discapacidad. Pero más en general, las nuevas tecnologías de la información han permitido un universo de nuevas relaciones y posibilidades a partir simplemente de haber puesto en contacto a gente no vidente que muchas veces se encuentra sola y aislada, en ocasiones en muy pequeñas ciudades. Es decir, se han generado prácticas de creación de comunidad entre las personas con discapacidad visual. Y eso incluye desde la cooperación y el trabajo en común que realizo por ejemplo yo con un grupo de alemanes o con usuarios de Venezuela que están desarrollando contactos similares a los que hicimos aquí con el Ministerio de Educación, a una cantidad de intercambios nuevos que se dan en otras áreas. Por ejemplo, la posibilidad de charlar a partir de listas de correo acerca de problemas de la vida cotidiana de los ciegos como el uso del bastón, o incluso más profundos como los relativos a las formas de sexualidad, etc., todos temas que antes eran mucho más difíciles de compartir. Con la lectura digital, hoy tengo el placer de hacer cosas que antes no hacía, como sentarme a leer el diario en un café, como cualquier persona común, gracias a la computadora.

Autor: —- (PA para APCNoticias)

Contacto: communications@apc.org

Fuente: APCNoticias

Fecha: 17/10/2007

Localidad: BUENOS AIRES, Argentina

Categoría: Derechos en Internet

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