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Hasta ayer, en el Congreso de Estados Unidos se discutían dos proyectos de ley, SOPA – ley en contra de la piratería en línea – y PIPA – ley por la protección de las direcciones IP (siglas en inglés). Hoy la historia es diferente, gracias a protestas y distintas manifestaciones de los usuarios de internet.

Ambos proyectos de ley tienen intenciones nobles: después de todo, la piratería es robo, como sabe cualquiera que haya visto una película en el último año. La propiedad intelectual de quienes patentan su material es un derecho, igual de válido que la libertad de expresión. Pero la ambiguedad de la ley podría poner en jaque toda la lógica de internet: compartir información, contenido generado por los propios usuarios, expresarse e informarse LIBREMENTE.

Realizando un monitoreo de nuestras comunicaciones (solo preventivo, claro…) se ignoran derechos civiles, libertades, e internet dejaría de ser una plataforma para comunicación libre y abierta. Sería menos segura y menos confiable. Tendríamos miedo de compartir videos y fotos. ¿Quién sabe? Quizá la imagen de un cartel de una marca registrada en la puerta del bar, o nuestro video casero cantando karaoke, nos valgan 5 años de cárcel.

Las compañías de medios editoriales ya tienen, de hecho, el poder de censurar contenido. ¿No has visto que hay videos de Youtube prohibidos para determinadas zonas? ¿O links de Taringa que se censuran? ¿O periodistas juzgados? De aprobarse estas reglamentaciones, ¿quién asegura que no abusarán del nuevo poder? ¿Donde está el limite?

¿Hasta donde van a llegar? Hasta donde los dejemos. Por eso durante el día de ayer, docenas de sitios se bloquearon voluntariamente, para mostrar cómo se vería internet bajo las nuevas leyes. Más de 4.5 millones de personas firmaron a través de Google (que también se unió a la protesta). Se compartió información a través de redes sociales. Es decir, se usó el poder de expresión libre que da internet a sus usuarios (¡al menos por ahora!)

En vistas de la reacción de los usuarios, ambos proyectos de ley perdieron apoyo (del gobierno de Obama, de diversos senadores, incluso de Apple y Microsoft que en un principio los apoyaban). La voz de los usuarios de internet se hizo escuchar. Después de todo, los jóvenes son los futuros votantes de Obama, y los futuros compradores de las grandes compañías.

Sin contar con suficiente apoyo, la ley está suspendida. Por ahora. Los legisladores que aún la apoyan intentan redactarla de otra forma, para recuperar adeptos. ¡Estemos atentos! Internet puede necesitar que volvamos a defenderla ante los legisladores.

Foto por Weas Frikis. Usada con permiso bajo la licencia de Contenido Creativo 2.0

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