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El 7 de marzo abrí Google. En esa caja vacía que da respuesta a mis preguntas infinitas escribí “por qué las mujeres…” y antes de terminar, el sistema me ofreció varias posibilidades. No me gustó así que hice un segundo intento: “mujeres negras”. Enter. Los primeros resultados son videos de Youtube: Mujer negra hermosa. Diosa de chocolate. Días después puse el screenshot de mi primera búsqueda, junto con una reflexión sobre la infraestructura de las plataformas de internet donde nos conectamos: el código, el diseño, los servidores, la gente.

Usé la frase “hombre blanco de Silicon Valley”, no creo que desafortunadamente, pero sostengo que la tecnología no es neutral y definitivamente han sido este tipo de hombres quienes, de una parte, han generado la información que se procesará en los algoritmos, y de otra parte, quienes conforman a la mayoría de los internautas. En internet hay más hombres que mujeres y además casi todo el contenido de la red ha sido generado en inglés y desde el Norte Global.

Una vez arriba el tuit, me impresionó la cantidad de respuestas que obtuvo por parte de perfiles masculinos explicándome e insultándome, asumiendo que no sé porque soy mujer. Si tienen tiempo, les invito a revisar la cadena de respuestas. De todos modos, aprovecho para decir que no son solo las expresiones violentas en línea lo que afecta a millones de mujeres en América Latina. También el diseño y la programación de las plataformas a través de las cuales nos conectamos: internet es un espacio creado por y para hombres.

Leer más en GenderIT.org. También publicado en Derechos Digitales.