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Ayer, cansadas después de varios días de trabajo intenso y apretadas en un taxi, varias mujeres que participamos en GK3, la tercera conferencia mundial sobre el conocimiento, comentábamos nuestras impresiones de este evento que había terminado algunas horas antes. Algo que nos llamó la atención a casi todas fue el énfasis en iniciativas e intereses individuales, puesta en evidencia por la recurrente alusión, en talleres, plenarios y demás eventos, a la palabra “usuario”. ¿Qué pasa entonces con las comunidades, las asociaciones y los colectivos? ¿Juntos no tenemos más poder?

Ayer, cansadas después de varios días de trabajo intenso y apretadas en un taxi, varias mujeres que participamos en GK3, la tercera conferencia mundial sobre el conocimiento, comentábamos nuestras impresiones de este evento que había terminado algunas horas antes. Algo que nos llamó la atención a casi todas fue el énfasis en iniciativas e intereses individuales, puesta en evidencia por la recurrente alusión, en talleres, plenarios y demás eventos, a la palabra “usuario”. ¿Qué pasa entonces con las comunidades, las asociaciones y los colectivos? ¿Juntos no tenemos más poder?

La ceremonia de clausura empezó por la votación, por parte del público, de las mejores ideas de jóvenes emprendedores/as, para que se conviertan en realidad antes de 2020. Entre las ideas ganadoras figuran un premio Nobel y una wikipedia para emprendedores y un sistema de préstamos para profesionales. Más de 30 personas, yendo y viniendo a toda velocidad, iban procesando la votación en tiempo real, mientras un presentador hacía una síntesis de cada idea, con el humor y la chispa de un emprendedor con todas las de la ley. Esta “fábrica de ideas” no produjo ni una sola que alentara las iniciativas colectivas. Es más, una de ellas apuntaba a desdemonizar el tan necesario (e injustamente mal reputado) espíritu competitivo que debe reinar en el mundo empresarial.

En el taxi también hablábamos del la casi obsesiva alusión a los mercados como respuesta mágica a los problemas del mundo. Walter Fust, presidente del comité ejecutivo de GKP y director de la Agencia Suiza de Coperación para el Desarrollo, dijo: “Esperamos que para 2015 5000 millones de personas más puedan tener acceso a internet. Esto va a crear increíbles oportunidades para el mercado”. Trabajo en una organización que promueve el uso de la tecnología para un mundo más justo para todas y todas. Concebir a internet únicamente como una oportunidad de hacer negocios es, como mínimo, una visión simplificadora y limitadora.

El final de la ceremonia fue inesperado. Sin pedir permiso y ante las caras atónitas de varios organizadores una representante de la ONG local Centro por un Periodismo Independiente leyó una carta de las y los participantes de GK3 dirigida al Primer Ministro de Malasia, en donde expresaban su repudio a las violaciones a diferentes derechos humanos (entre los cuales figuran la libertad de asociación y expresión) perpetrados por este gobierno en los últimos días. Si bien algunas personas silbaron y hasta gritaron que le apagaran el micrófono, la mayoría escuchó en silencio y al final aplaudió.

Sería injusto terminar este post sin decir que hubo varios talleres y paneles productivos y donde se dieron discusiones interesentes, y que hubo buenas oportunidades para encontrarse con gente que está haciendo cosas similares en todo el mundo. Varias fueron las alianzas que surgieron o se consolidaron en este encuentro, en donde en cada resquicio de la agenda se organizaban reuniones ad hoc. Pero sí hay que reconocer que la organización o “arquitectura” del evento, como la llamaron los organizadores, no fomentó un intercambio profundo y de enfrentamiento de visiones e ideas, en el sentido más productivo del término.

Carta al Primer Minsitro de Malasia (en inglés)

GK3