MetaReciclaje no es una organización ni un proyecto. Se definen como una idea “sobre la reapropiación de la tecnología para el cambio social”. Una idea que tiene orígenes tan diversos como la ciencia ficción, el cyberpunk y el movimiento ecologista. Una idea tan virtual como material, alimentada constantemente por la teoría y por la práctica.
Los orígenes
No es de extrañar que MetaReciclaje surgiera de una lista de discusión, estructura horizontal y participativa por excelencia. Más de 200 personas de todo el país se encontraban en esta lista, Metá:Fora, para intercambiar ideas (y estrategias para llevarlas a la práctica) sobre arte, comunicación, educación y tecnología. Según relató a APCNoticias Felipe Fonseca, uno de los impulsores de MetaReciclaje, la idea surgió de este espacio, al que definió como “una incubadora de proyectos colaborativos”.
Cuenta Felipe: “La idea circuló dentro de la red de Metá:Fora por algunos meses, hasta que Dalton Martins y yo decidimos ponerla en práctica, a través de un convenio con Agente Cidadão, una ONG que distribuye donaciones materiales en San Pablo. […] Con el tiempo, MetaReciclagem tomó existencia independiente del proyecto Metá:Fora, que finalmente desapareció”.
ConecTAZes y esporas
¿Qué hace entonces MetaReciclaje? ¿Cómo funciona? Se trata de una red descentralizada que toma cuerpo en conectTAZes y esporas. Un conecTAZ es tiene como foco “el uso efectivo de estructuras metarecicladas para la creación de redes sociales”. “Meta” parece ser la palabra clave: indica la posibilidad de apropiarse, una y otra vez, no sólo de la tecnología sino, más en general, de todos los procesos que están detrás de MetaReciclaje.
Una espora [noción que viene de la biología y que indica una estructura celular independiente] es, justamente, “una meta-instancia de MetaReciclaje”. En ellas el foco está “en el planeamiento [de los conecTAZes] y en la realización de actividades de investigación y experimentación, que facilitan la creación de estas estructuras”.
En ambas instancias los protagonistas son las comunidades. De acuerdo con Felipe, la tecnología es tratada como “una mera herramienta en busca de objetivos mayores –el estímulo a la producción colaborativas del conocimiento libre, el intercambio de este conocimiento en red y su apropiación y reproducción en diferentes contextos”. De este enfoque se desprenden otro tipo de beneficios: “la comunidad se organiza para crear emprendimientos dedicados a explorar económicamente el deshecho tecnológico y ofrece a la vecindad computadoras tres veces más baratas que el hiperbólico PC conectado”.
Al ser interrogado sobre la relación con los diferentes asociaciones y grupos locales, Felipe señaló un aspecto central de MetaReciclaje: “Nosotros no los elegimos: son los socios locales los que deciden formar parte de nuestro movimiento. Por tanto, necesitan adecuarse a nuestros principios [pero] el resto de las decisiones son locales, incluso el uso del nombre de MetaReciclaje”.
Foto: Biblioteca de Parque Escola en San André, barrio popular cerca de San Pablo, donde MetaReciclaje instaló un punto de acceso de conexión inalámbrica.
