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No es común la discusión de temas relacionados con la representación de las mujeres en los medios de la comunicación y en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación con perspectiva de género en los encuentros feministas. El debate es imprescindible si queremos construir una sociedad con equidad y sin violencias, donde los derechos de todas y todos sean respetados.

No es común la discusión de temas relacionados con la representación de las mujeres en los medios de la comunicación y en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación con perspectiva de género en los encuentros feministas. Por eso, fue interesante que se abrieran espacios para estas temáticas en los paneles que se desarrollaron durante las V Jornada Nacional Universitaria de Investigación de Género, celebrada en Mérida, Venezuela, del 26 al 28 de octubre de 2006.

Considerando como un verdadero “apartheid” a la discriminación de las mujeres afrodescendientes en los medios de comunicación venezolanos, la profesora Urimare Ramallo, de la Universidad de los Andes, señaló que este hecho constituye una negación de la diversidad racial y étnica en su país, como también la invisibilización del aporte de las mujeres de sectores populares a la vida y desarrollo nacionales. El imaginario que alimentan los medios en torno a mujeres que parecieran aspirar sólo al título de “Miss Venezuela”, establece una clara exclusión de otras imágenes y naturaliza la negación de las mujeres de carne y hueso, de sus luchas y sus conquistas. Las imágenes estereotipadas han generado en muchas mujeres “una excesiva infidelidad consigo mismas, llegando a una desubicación psicosocial”, afirma Ramallo.

La vulgarización de la relación amorosa entre mujeres y hombres y el trato peyorativo y agresivo hacia las mujeres, es una de las características del reggaeton, un ritmo musical de moda en toda América Latina,. En su ponencia, Mónica Mancera, de la Universidad Central de Venezuela, analizó letras de canciones del género reggaeton muy populares en su país. Este análisis constituye parte de un trabajo de investigación que todavía está en marcha. Examinar el discurso de estas canciones desde la perspectiva de género permite apuntar que los ritmos musicales de moda, que entretienen a miles de jóvenes, continúan estigmatizando a las mujeres como meros objetos y banalizando las relaciones entre los sexos, con el agregado de consideraciones denigrantes hacia ellas, desde un lenguaje machista dominante.

También el campo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que tantas oportunidades brinda diariamente a las mujeres y a sus organizaciones para el trabajo por el avance de sus derechos, son utilizadas para perpetuar viejas violencias y crear nuevos canales para su expresión. En una ponencia sobre el uso de las TIC en temas de trata de mujeres y violencia contra las mujeres, a cargo del Programa de Apoyo a las Redes de Mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (PARM APC), se analizaron nuevas modalidades de violencia contra las mujeres en los videojuegos, las salas de chateo y los sitios de Internet, como también la utilización de sistemas de control electrónico, incluyendo el teléfono digital, por parte de los que ejercen violencia contra ellas. También fue considerada la trata de mujeres utilizando TIC, un delito que comienza a crecer en muchos países, principalmente en Europa Oriental, el Sudeste Asiático y algunos países latinoamericanos y africanos. La ponencia que presentó el PARM LAC se basó en dos informes preparados especialmente por este programa, “Peligros digitales: las TIC y la trata de mujeres”, de Kathleen Maltzahn, y “Cultivando la violencia mediante las TIC”, de Jaclyn Kee.

La discusión de estas cuestiones tuvo el objetivo de crear conciencia de la necesidad de que la sociedad toda trabaje firmemente por un uso responsable de los medios de comunicación, incluyendo las TIC e Internet, condenando las violaciones a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres que muchas veces se escudan en la “libertad de expresión”. Estas violaciones, en verdad, son parte de una maquinaria que genera millones de dólares de ganancia a costa de estas violaciones, el desprecio por el derecho a la igualdad de oportunidades, la equidad y una vida digna y sin violencias para todas y todos.

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