Si bien existe una práctica generalizada de extractivismo de recursos naturales, su actividad se concentra intensivamente en regiones históricamente percibidas como “colonizables” donde la política estatal “oficial” hegemónica (que se impone y violenta la gobernanza colectiva de comunidades auto-organizadas) y corporaciones transnacionales se lucran del despojo y destrozo de territorios y comunidades. Esta colonización neo-liberal es profundamente racista, clasista y sexista.
La resistencia y autodeterminación de estas comunidades persiste y, en muchas ocasiones, se organizan en movimientos y redes inter e intra regionales.
La organización SurSiendo de Chiapas (Sur de Mexico), entre otras iniciativas, comparte reflexiones valiosas sobre las intersecciones entre tecnologías, territorio y capitalismo.
Continúa leyendo en GenderIT.org.