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Al aquietarse las aguas que se agitaron hace unos meses en Túnez, APC presenta su evaluación sobre la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, un proceso de cuatro años. ¿Qué resultados tendrá esta cumbre para la población de todo el planeta? Nuestras reflexiones son variopintas.

El informe destaca que ha habido algunas señales positivas. Pero si no se dan ciertos pasos concretos para garantizar que no prevalezcan

intereses corporatistas y si no se generan oportunidades locales, quedarán fuera de lugar todo optimismo y esperanzas. Lea el informe de trece páginas en español.

En él se analizan distintos temas agrupados bajo diversos tópicos, que incluyen el de los actores no estatales, las organizaciones de la sociedad civil en la CMSI, las diferencias entre regiones y países, y cómo podría sentar la CMSI un nuevo precedente para la elaboración de políticas globales.

Otros temas analizados son el debate sobre gobernanza de internet, las formas de financiamiento de las DTIC (tecnologías de la información y la comunicación para el desarrollo) y las múltiples oportunidades perdidas en este aspecto, los derechos humanos, y el tema crucial de la implementación y el seguimiento.

La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) consistió en una serie de conferencias sobre la información y la comunicación, patrocinadas por la ONU, que tuvieron lugar entre 2002 y 2005. Uno de sus objetivos principales era llenar la así llamada “brecha digital” que separa a los países ricos de los pobres, mediante la generalización del acceso a internet en el mundo “en desarrollo”.

La “reflexión” concluye que la CMSI fue “básicamente un ejercicio discursivo, y en función de eso su resultado causa más impacto en áreas virtuales del trabajo en red, y en el debate político, que en el área de las decisiones concretas.”

Ella expresa un cauto optimismo respecto al “debate político más abarcador” y “la extensiva construcción de relaciones y redes de trabajo multidimensionales” que arrojó el proceso de la CMSI. Pero agrega que “aún es muy pronto”.

APC advirtió: “Los eventuales impactos serán evidentes recién en los próximos años. Eso dependerá de la acción y la colaboración a nivel nacional y regional; de que los gobiernos del Sur formen alianzas, trabajen en forma conjunta, asuman riesgos (por ejemplo, diciendo que no a los negocios forzados con las grandes compañías multinacionales de software), generen entornos competitivos para las empresas y oportunidades para las iniciativas locales, y aseguren que los monopolios privados no sustituyan a los públicos”.

Y sostiene con tono incisivo que no hay “ninguna garantía” de que los gobiernos realmente vayan a hacerlo. Ni de que las organizaciones intergubernamentales vayan a facilitar una acción de ese tipo.

Sugiere además que, dentro de esta lucha, las organizaciones de la sociedad civil “pueden estar seguras de que nosotros/as seguimos presionando y estimulando, incitando y sosteniendo –según lo que exijan las distintas coyunturas”.

A la hora de estimar la relación costo-beneficio del proceso de la CMSI, APC considera que “podríamos decir que no valió la pena el dinero y el tiempo invertidos”.

Pero por otro lado, señala el poder del trabajo en red, “las consecuencias previstas e imprevistas de poner a tanta gente a interactuar entre sí y con una serie de temas por un período extenso”. Y según APC, los impactos de este fenómeno “no se pueden subestimar”.

“La gente conduce el cambio y modificar modos colectivos de pensar y actuar no es poca cosa”, observa APC en sus reflexiones. Y considera que el proceso de la CMSI – con todos sus defectos – cambió efectivamente el modo de pensar de la gente sobre las TIC para el desarrollo.

“En muchos países en desarrollo, después de la CMSI se está prestando mucha más atención que antes a la integración de las TIC y de la información y la comunicación al desarrollo social, económico y político”, dice la declaración, presentada como un documento PDF de 13 páginas disponible en internet.

Esta “reflexión” intenta proporcionar un punto de vista equilibrado y ecuánime.

Así, por un lado se apunta que “mucha gente, particularmente las personas comprometidas con las TIC para el desarrollo, argumentan que no importa cómo se gobierne internet si la mayor parte de la población mundial no tiene acceso.” Pero también se señala que si bien hay algo de verdad en ello, el cambio social “se da a través de transformaciones a distintos niveles”.

APC argumenta que en un mundo donde el poder de tomar decisiones ya está tan concentrado, la posibilidad de marcar una diferencia en la forma de gobernar internet es una forma de decir que las cosas tienen que cambiar, así como de mostrar que pueden cambiar.

También se pregunta si la CMSI – con una mayor participación de las OSC y los actores no estatales – podría sentar un nuevo precedente para la elaboración de políticas globales. Pero por otro lado admite que esa mayor participación puede “haber sido fruto de la naturaleza técnica especializada de la CMSI y no necesariamente creará un precedente para otros procesos de la ONU”.

APC, que salpica sus reflexiones con ejemplos de todo el planeta – y sobre todo de África, la porción de éste más privada de los beneficios de internet – y también con citas y notas al pie que dan peso a su posición, sostiene que se ha dado un paso para modificar la índole de los procesos intergubernamentales.

La Asociación para el progreso de las comunicaciones (APC) es una red internacional de organizaciones de la sociedad civil dedicada a empoderar y dar apoyo a grupos e individuos que trabajan por la paz, los derechos humanos, el desarrollo y la protección del medio ambiente, a través del uso estratégico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), incluida internet.

La visión de APC es: “Un mundo donde la gente tenga un acceso más fácil, igualitario y asequible al potencial creativo de las TIC, para mejorar sus vidas y construir sociedades más democráticas y justas.”

Autor: —- (APCNoticias)

Contacto: info apc.org

Fuente: APCNoticias

Fecha: 17/02/2006

Localidad: BERLIN, Alemania

Categoría: Derechos en Internet

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