Un taller sobre protección de niños y niñas de la explotación sexual a través de las tecnologías de información y comunicación desarrollado en el marco del FGI puso en debate esta problemática que desafía toda frontera y que enfrenta a dos de los campos más diferentes en términos de velocidad de respuesta y adaptación: el legal y el tecnológico. Un denominador común en todos los panelistas: el mundo online supone los mismos riesgos y el mismo respeto a los derechos básicos que el offline.
Organizado por ECPAT International y CHIS, el taller “Protecting children from sexual exploitation through ICTs” (Protegiendo a la infancia de la explotación sexual a través de las TIC) desarrollado en el marco del II Foro de Gobernanza de Internet en Rio de Janeiro se propuso echar luz sobre acciones ya implementadas – y otras que deberían serlo – en torno a la prevención y protección de niños y niñas ante la amenaza de la explotación sexual a través de las TIC.
Aina Mee Ertzeid, representante en Noruega del CoE Committee of Experts on the Protection of Children against Sexual Exploitation, dio comienzo al taller destacando que la explotacion sexual a traves de las tecnologias de informacion y comunicacion tiene elementos adicionales a los otros tipos de explotación y, por ende, hay necesidad de adoptar medidas de protección específicas en este campo.
Al igual que el resto de los y las panelistas, Ertzeid enfatizó que toda medida de protección a través de las TIC debe ser neutral tecnológicamente. Dejando de lado su introducción sobre formas de explotación sexual en general y ya apuntando a la problemática de la explotación sexual a través de las TIC en particular, se remitió a los artículos 6, 20, 23 y 9 (número 2) específicamente presentes en la Convención para la Protección Infantil contra la Explotación Sexual y Abuso Sexual del Consejo de Europa relevantes al respecto de esta forma de explotación.
Margaret Moran, Chair del Europian Information Society group, coincidió con el resto de las personas que expusieron que las legislaciones no llegan a ponerse al día dada la velocidad, cantidad y variedad de los crímenes, a lo que se agrega que los abusadores se mueven fácil y rápidamente hacia aquellos países con menores niveles de seguridad y de regulación legislativa. “No creo en las legislaciones”, enfatizó Moran y añadió que la cooperación internacional es el principal elemento para lograr eficacia en la batalla contra el flagelo del abuso infantil en línea.
Un interesante aporte de esta panelista, que la mostró en coincidencia con Ertzeid, radicó en afirmar que el mundo online y offline están entrelazados, por lo que no podemos pensar que la virtualidad del mundo en línea es menos riesgosa que, por ejemplo, salir a la calle y subirse al auto de un desconocido.
Como dato ilustrativo, Moran señaló que cada semana aparecen 20.000 nuevas imágenes de abuso infantil y que 90 por ciento de esas imágenes involucran a niños y niñas menores de 12 años – incluyendo bebes – y que se detectan 25.000 hits en sitios con estos contenidos cada semana. Y, según Moran, se trataría de un problema que va en aumento.
En este sentido destacó que, puesto que la industria – especialmente a traves del software – siempre va a tener los conocimientos de punta en materia tecnológica, esa ventaja debería ser aprovechada para llevar la delantera en la prevención del abuso sexual infantil a través de las TIC.
David Butt, como experto legal en abuso infantil aportó que debemos trabajar con el foco en la prevención, porque no es mucho lo que se puede hacer una vez que el abuso tuvo lugar. ¿Qué abordaje usar cuando de abuso sexual a través de las TIC se trata? Butt opina que es muy importante empezar y terminar por el niño o niña. Agrega que en la mayoría de los países se cataloga la explotación de niños como “pornografia infantil”, cuando en realidad el problema es el abuso. “El problema real que la ley debe contemplar es la explotación sexual infantil”, enfatizó.
Y otro punto en común con el resto del panel señalado por Butt fue la afirmación de que no se deben hacer demasiadas especificaciones en las leyes sobre el tema, ya que cuanto más específica sea una ley, más reducido va a terminar siendo su rango de aplicabilidad ya que la lesgislación nunca va a equiparar la velocidad del avance tecnológico.
John Carr, jefe de la Unidad Infancia y Tecnologia de NCH, relató la experiencia de trabajo llevada adelante desde el Child Exploitation and Online Protection Centre (www.ceop.gov.uk) en el Reino Unido donde se implementó un sistema de fuerzas de tareas que involucra integralmente áreas diversas como salud, educación, policia, especialistas en protección a la infancia e industria.
Dentro de esa estructura, el CEOP formó subgrupos temáticos específicos que ya han desarrollado y puesto en marcha innovadoras medidas para prevenir la explotación infantil en línea básicamente a través de la producción y distribución de códigos de prácticas: elaboraron uno aceptado por las empresas de telefonia para los telefonos moviles (se hace de cuenta que el propietario del dispositivo va a ser una persona menor de edad, por lo que queda al propietario probar que es mayor de 18 en caso de que lo sea, para desactivar las medidas de protección instaladas al momento de la venta), un código de práctica para las sesiones de chat, otro para aconsejar y guiar a los proveedores del servicio de internet y han trabajado con estos últimos también para bloquear el acceso a informaciones confidenciales de niños y niñas.
Además de lo anterior, Carr agregó que desde el CEOP se encuentran trabajando en la elaboración de dos códigos más: uno que implica convenios con empresas de software para producir filtros sofisticados e inteligentes que ya esten instalados en la computadora a ser vendida y otro código de práctica para sitios de relaciones sociales (social networking sites) que a la vez que se han vuelto muy populares entre los niños y niñas, son espacios con mayoría de personas adultas. En relación a esta última medida, CEOP está discutiendo si los perfiles personales de personas menores de 18 años deberían (o no) ser privados por defecto y solo visibilizados cuando el usuario o usuaria así lo configure.
Pero esto, a su vez, conduce a otras inquietudes planteadas por Carr: ¿hasta qué punto la determinación de la mayoría de edad debería ser requisito excluyente para el registro en estos espacios? ¿Cómo facilitar desde las plataformas la denuncia de abusos?
Alex Nagle, jefe de Reducción de Daños de CEOP, compartió con las personas presentes algunas estadísticas relativas a los logros obtenidos hasta el momento, entre los que se destacan 112 niños/as rescatados/as del abuso, 173 abusadores arrestados, 12 abusadores de riesgo en el Reino Unido localizados y 3 bandas organizadas de pedófilos desbaratadas.
Un dato que estremeció a las personas asistentes – y que comprueba el realismo de lo virtual – es que la principal área de contacto entre los abusadores y los niños y niñas se da a través del chat en un 64.7 por ciento, contra un 25 por ciento que se conoce fuera de línea.
Para finalizar, fue uno de los asistentes quien hizo una intervención enmarcando el taller en el tema de regulación de contenidos y cuestionó que en el FGI haya varios paneles separados que abordan temas demasiado similares y que tranquilamente podrían estar bajo el paraguas de otros más generales.
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