El discurso reiterado sobre los alcances en materia de educación de las mujeres en el área de ciencia y tecnología pobló las presentaciones de las delegadas de los países miembros de Naciones Unidas durante la última reunión de la Comisión sobre la Condición Social y Jurídica de la Mujer (CSW). De tan reiterado, resultó aburrido y nada innovador.
Sin negar el valor de que las niñas y las mujeres jóvenes accedan a una educación de calidad y con igualdad de oportunidades a sus pares varones en cualquier área del conocimiento, los discursos parecieron quedar encerrados en eso. Quizá primó la idea que por decantación natural, en el futuro, estas niñas y mujeres jóvenes podrían llegar a cursar estudios superiores y convertirse en científicas, ingenieras o técnicas capaces de liderar proyectos, investigaciones y programas de innovación tecnológica de avanzada en sus países.